Hay dos técnicas de trasplante de pelo importantes: la técnica FUSS y la técnica FUE.

La Técnica FUSS (por sus siglas en inglés de Follicular Unit Strip Surgery) consiste en obtener una tira de entre 1-1,5 hasta 2 cm de ancho por la longitud deseada (esto variará según la densidad y la elasticidad de las que dispongamos). Esta tira la habremos conseguido procedente de la zona posterior y lateral del cuero cabelludo del paciente. Finalmente se cierra con la técnica de cierre tricofítico y los puntos resultantes se retirarán 10-12 días después.

La tira obtenida se observa utilizando un microscopio y será la base para crear los injertos de unidades foliculares. Con esta técnica podremos realizar sesiones de hasta unos 4.000 injertos aproximadamente (9.000 pelos). 

Al final habrá en la zona una fina cicatriz que no se verá, porque la única apreciación será un  cambio de color en la piel del cuero cabelludo, algo que sólo será visible si el paciente se rasura esta zona al cero. 

Previo al trasplante (aproximadamente 1 mes o 15 días antes de la fecha fijada) es muy recomendable  realizar una serie de masajes en el cuero cabelludo con el objetivo de mejorar la elasticidad. Gracias a esta sencilla práctica podremos conseguir una cicatriz que será prácticamente invisible a ojos de todos.

 

La Técnica FUE (por sus siglas en inglés de Follicular Unit Extraction) consiste en la utilización de un punch o bisturí cilíndrico que mide menos de 1 mm de diámetro, y con él se obtienen uno a uno los injertos. 

Esta técnica no deja ninguna cicatriz lineal, por lo que permite rasurar completamente el pelo esta zona. Tampoco se dan puntos. 

La desventaja frente a la técnica FUSS es que se puede obtener menor número de injertos  por sesión (lo que sería como máximo 2.500 unidades foliculares, o lo que es lo mismo, unos 5.500 pelos). Si el paciente necesitara 3.000 injertos o más (aprox. 7.500 pelos), se llevará a cabo el procedimiento a lo largo de 1 día y medio, de forma consecutiva.