Todos hemos oído hablar de la liposucción o lipoescultura, que es una técnica cada vez más común que se basa en eliminar los depósitos de grasa no deseados de aquellas áreas superficiales del cuerpo. Podemos someternos a una liposucción del abdomen, de las caderas, de las cartucheras, los muslos, las rodillas, las pantorrillas, los tobillos, los glúteos, la parte anterior y posterior de las axilas, la espalda, la papada, y un largo etcétera. La doctora te asesorá en todo momento.

¿Cómo sé que está indicada para mí?

Esta técnica está pensada para aquellas personas que desean reducir volumen de grasa, tanto en áreas pequeñas del cuerpo como en áreas más amplias que aparecen desproporcionadas si atendemos al resto del cuerpo.

Es importante dejar claro que la liposucción no es un tratamiento de la obesidad, ni de la celulitis, aunque sí que es verdad que puede mejorar las áreas afectadas.

La cantidad de grasa que se pueda eliminar de tu cuerpo siempre está en relación con la elasticidad de la piel. Hay veces en las que la flacidez es mayor y por tanto es preciso asociar a esta técnica una resección de piel de la zona. También se puede limitar el vaciado de grasa. 

¿Cuándo sabré los resultados?

Una vez que se ha llevado a cabo la liposucción, transcurrido un mes y medio ya se verán cambios en el contorno corporal. De todas formas, los resultados no se valoran hasta que no pasan seis meses, que es el periodo que se considera más fiable para una observación realista del resultado final.

Una buena noticia es que las nuevas proporciones del contorno corporal que hemos conseguido con la liposucción las podremos mantener en el tiempo.

La explicación es la siguiente: las células de grasa no se suelen a volver a reproducir. Hay alguna excepción, pero son casos muy puntuales, de pacientes que padecen una alteración hormonal grave o por ejemplo tienen obesidad mórbida.